Hoy se cumplen catorce años del atentado a la AMIA.
Para variar no hay solución todavía al problema, nadie sabe quien fué, es triste pero es así.
Pensar todas las cosas que una persona puede hacer en catorce años, producir, recibirse en una carrera, casarse, tener hijos, reunirse infinidad de veces con amigos, con familiares, leer muchísimos libros, reirse con una buena película, ver crecer a los hijos, disfrutar del paso del tiempo de los padres hasta ponerse ancianos, ponerse contento por el logro profesional y personal de los amigos, enamorarse, inifinidad de cosas.
De todas y de algunas de éstas privaron a los que murieron en el atentado.
No solo a ellos, sino a cada uno de sus familiares y amigos que formaban parte de su círculo y su cariño.
Hoy es un día raro, una vez más sonaron las sirenas y se los recordó con una foto en alto.
Ojalá que se pueda descubrir quienes fueron y que salga a la luz la verdad.
Una vez más fueron los políticos de turno a poner la cara y a decir que vamos a hacer todo lo posible, es por eso que en éstos casos como en tantos otros, yo prefiero el silencio antes que una palabra de más.
viernes, 18 de julio de 2008
jueves, 17 de julio de 2008
La cosa, creo, está cambiando.
Las cosas que pasan modifican el futuro y también el pasado.
Con una buena acción o una suma de buenas acciones hace que uno pueda cambiar la imágen.
Por éstos días en mi país (Argentina) al que quiero enormemente, están pasando cosas raras, muy raras.
Todo el mundo sabe que las cosas no están bien pero nada se puede hacer, está metido en nuestra cultura.
A veces parece imposible darse cuenta que el no poder cambiar las cosas hacen que todo sea terriblemente pesado en el vivir diario.
Me parece que tenemos que ser más para afuera, mostrando que uno quiere lograr las cosas, mostrarle a los demás que merecemos que las cosas cambien.
Anoche en el Senado de la Nación pasó algo que nadie imaginaba, se cambió una posible ley que le hacía mal a muchos y eso lo hizo nada menos que el Vicepresidente.
Las cosas están cambiando.
Hasta hace un tiempo atrás esto era impensado que pasara pero bueno..., pasó.
A veces está bueno que las cosas cambien para empezar a vivir de otra manera.
El piloto de un avión cambia el rumbo, lo hace también el timonél de un barco, un piloto de auto y también tenemos que hacerlo los ciudadanos cuando las cosas no andan bien.
Confieso que por éstos días estuve triste por ver como el gobierno manejaba todo de manera descarada, mintiendo y manipulando todo.
Nuestro país es un hermoso y rico país, en el que los habitantes nos merecemos otro futuro, hay mucha gente que tiene hambre, le falta vivienda, educación, las cosas básicas y parece que a muy poca gente que le tiene que importar le importa.
Se habla de la redistribución de la riqueza y a decir verdad se pagaron 8.000 pesos por semana por cada una de las doce carpas que se instalaron en la plaza del congreso de la Nación, con esa plata hubiera sido mejor que se la den a los chicos que tienen hambre.
Creo yo que la cosa tiene que cambiar en serio, que haya justicia social en serio, redistribución de la riqueza en serio.
Veremos de acá en adelante como continúa la cosa, pero de una vez por todas, al menos una vez, la cosa cambió.
Con una buena acción o una suma de buenas acciones hace que uno pueda cambiar la imágen.
Por éstos días en mi país (Argentina) al que quiero enormemente, están pasando cosas raras, muy raras.
Todo el mundo sabe que las cosas no están bien pero nada se puede hacer, está metido en nuestra cultura.
A veces parece imposible darse cuenta que el no poder cambiar las cosas hacen que todo sea terriblemente pesado en el vivir diario.
Me parece que tenemos que ser más para afuera, mostrando que uno quiere lograr las cosas, mostrarle a los demás que merecemos que las cosas cambien.
Anoche en el Senado de la Nación pasó algo que nadie imaginaba, se cambió una posible ley que le hacía mal a muchos y eso lo hizo nada menos que el Vicepresidente.
Las cosas están cambiando.
Hasta hace un tiempo atrás esto era impensado que pasara pero bueno..., pasó.
A veces está bueno que las cosas cambien para empezar a vivir de otra manera.
El piloto de un avión cambia el rumbo, lo hace también el timonél de un barco, un piloto de auto y también tenemos que hacerlo los ciudadanos cuando las cosas no andan bien.
Confieso que por éstos días estuve triste por ver como el gobierno manejaba todo de manera descarada, mintiendo y manipulando todo.
Nuestro país es un hermoso y rico país, en el que los habitantes nos merecemos otro futuro, hay mucha gente que tiene hambre, le falta vivienda, educación, las cosas básicas y parece que a muy poca gente que le tiene que importar le importa.
Se habla de la redistribución de la riqueza y a decir verdad se pagaron 8.000 pesos por semana por cada una de las doce carpas que se instalaron en la plaza del congreso de la Nación, con esa plata hubiera sido mejor que se la den a los chicos que tienen hambre.
Creo yo que la cosa tiene que cambiar en serio, que haya justicia social en serio, redistribución de la riqueza en serio.
Veremos de acá en adelante como continúa la cosa, pero de una vez por todas, al menos una vez, la cosa cambió.
lunes, 14 de julio de 2008
De a uno no sirve.
La cosa se está poniendo difícil, nadie quiere ceder y lo que aflora es la angustia.
Son momentos complicados en los que dominan los seres arrogantes y angurrientos de poder.
Estaría bueno formar parte de una sociedad en la que todos dejemos un poco de lado las cosas personales y darle lugar a aquello que es en bien de todos.
Personajes egoístas, que solo buscan su beneficio, su lucro personal, hacen que la sociedad retroceda centímetro a centímetro cada día.
Nadie escucha a nadie, nadie le da lugar a nadie y la cosa sigue.
Me gustaba la sociedad en que todo el mundo estaba pendiente del otro sin esperar que alguien pida algo.
Los vecinos antes eran colaboradores y los hijos de los amigos eran como los hijos de uno mismo.
Hoy reina el desconcierto, el descontento, la angustia.
Faltan ideales, nadie sabe por qué luchar ni intenta hacer cosas nuevas para darle aires nuevos a las ideas y la cabeza.
Estaría bueno empezar a pensar que la cosa va a cambiar el día que nosotros cambiemos como sociedad, todo cambio empieza por uno y la sumatoria de muchos unos hará que la cosa sea distinta para todos.
"Ojalá podamos entender que salvarse de a uno no sirve", esta frase me la dijo un día Florencia en uno de los tantos mails que nos escribíamos, una amiga que tengo y que me dejó pensando.
Ojalá podamos entender que eso que ella dijo tenía razón.
Son momentos complicados en los que dominan los seres arrogantes y angurrientos de poder.
Estaría bueno formar parte de una sociedad en la que todos dejemos un poco de lado las cosas personales y darle lugar a aquello que es en bien de todos.
Personajes egoístas, que solo buscan su beneficio, su lucro personal, hacen que la sociedad retroceda centímetro a centímetro cada día.
Nadie escucha a nadie, nadie le da lugar a nadie y la cosa sigue.
Me gustaba la sociedad en que todo el mundo estaba pendiente del otro sin esperar que alguien pida algo.
Los vecinos antes eran colaboradores y los hijos de los amigos eran como los hijos de uno mismo.
Hoy reina el desconcierto, el descontento, la angustia.
Faltan ideales, nadie sabe por qué luchar ni intenta hacer cosas nuevas para darle aires nuevos a las ideas y la cabeza.
Estaría bueno empezar a pensar que la cosa va a cambiar el día que nosotros cambiemos como sociedad, todo cambio empieza por uno y la sumatoria de muchos unos hará que la cosa sea distinta para todos.
"Ojalá podamos entender que salvarse de a uno no sirve", esta frase me la dijo un día Florencia en uno de los tantos mails que nos escribíamos, una amiga que tengo y que me dejó pensando.
Ojalá podamos entender que eso que ella dijo tenía razón.
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