Hoy se cumplen catorce años del atentado a la AMIA.
Para variar no hay solución todavía al problema, nadie sabe quien fué, es triste pero es así.
Pensar todas las cosas que una persona puede hacer en catorce años, producir, recibirse en una carrera, casarse, tener hijos, reunirse infinidad de veces con amigos, con familiares, leer muchísimos libros, reirse con una buena película, ver crecer a los hijos, disfrutar del paso del tiempo de los padres hasta ponerse ancianos, ponerse contento por el logro profesional y personal de los amigos, enamorarse, inifinidad de cosas.
De todas y de algunas de éstas privaron a los que murieron en el atentado.
No solo a ellos, sino a cada uno de sus familiares y amigos que formaban parte de su círculo y su cariño.
Hoy es un día raro, una vez más sonaron las sirenas y se los recordó con una foto en alto.
Ojalá que se pueda descubrir quienes fueron y que salga a la luz la verdad.
Una vez más fueron los políticos de turno a poner la cara y a decir que vamos a hacer todo lo posible, es por eso que en éstos casos como en tantos otros, yo prefiero el silencio antes que una palabra de más.
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